Efectos ópticos.
Alteración de dirección.
En la imagen que podemos ver a continuación, hay demasiadas líneas. Todas son paralelas entre sí pero a nuestro cerebro le supone demasiado trabajo visualizarlas simultáneamente. Además, el contraste entre blanco y negro dificulta la percepción de que todas son paralelas entre sí.
Alteraciones de color.
En las alteraciones de color vamos a distinguir dos tipos:
- Dos colores distintos que parecen iguales.
- Dos colores iguales que parecen distintos.
Es el caso de la polémica fotografía de los vestidos, que hay quienes distinguen los colores negro y azul mientras que hay quienes la ven de color dorado y blanco. Todo se debe a que hay personas con un cierto grado de daltonismo y no aprecian los colores con exactitud. También influye el brillo de la pantalla en la que se está viendo, ya que si lo reducimos apreciamos los colores azul y negro, mientras que si subimos el brillo se ve de color blanco y dorado.
Colores iguales que parecen distintos:
Los colores de esta fotografía son los mismos. Aunque tu cerebro te esté diciendo lo contrario, hazme caso y no seas cabezón. La diferencia es fácil de hallar, sólamente coloca tu dedo en la franja entre los colores y lo verás. Se debe a que nuestro cerebro interpreta que son distintos porque parece que la luz hace sombra en la parte inferior mientras que en la superior no proyecta sombra,sino que la luz da plenamente.
Creación de realidades tridimensionales.
En esta fotografía la mente juega con las dimensiones, ya que a partir de simples líneas paralelas hacia un mismo punto, sombras, luces y contrastes es capaz de crear la sensación de profundidad. Digamos que la mente humana puede crear las tres dimensiones (alto, largo y ancho) a partir de sólo dos (largo y ancho). Además esta imagen tiene una curiosidad, nadie sabe dónde empieza ni donde acaba (referido al triángulo, no a las dimensiones).
Alteración de tamaño.
En la siguiente fotografía, las figuras A y B tienen el mismo tamaño, pero al ser líneas curvas y al estar una encima de otra no se puede apreciar. La solución para comprobarlo es ponerlas de forma vertical y compararlas. El cerebro nos engaña al ver las líneas curvas y tiende a deformar las medidas.
En conclusión, la mente es la que ve, los ojos solo son un simple transmisor.
Hecho por Iván Pastor Ojeda, alumno de 2º BACH
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